domingo, 16 de junio de 2013

Ciclos ( Escritura Automática )



El momento está por existir. Sin pasado material, más que como cache como lastre. Mi absurda memoria que sólo almacena lo malo. Algo falla, en esta patética pseudo existencia. El terror acecha tu televisor, y sería tan fácil perderme en el anonimato y perder la partida. Hay demasiado en juego. Centrémonos, la neurona que lucha por sobrevivir en mi cerebro, pobre, sufre de soledad. He pagado mil veces la deuda. De eso se trata la vida. El ratoncito Pérez no hace caso a mi bote con todas mis raíces arrancadas conservadas en alcohol. Empiezo a sacar cuentas, lo malo es que sacar cuentas lleva toda una vida y al final te pueden dar positivo o negativo.  Que jodido calor. Nada es lo que parece. He hablado con tu mente, y hemos hecho migas. Silencios en los que vi morir los años. Saber que nadie me leerá me llena de libertad. Participante, jurado, público y premio. La existencia no es más que una paja mental. Os dejo algo de música.

 (no repasado)



sábado, 15 de junio de 2013

Ciclos(I)



¿Quién va a hacer las preguntas inadecuadas? Todos permanecieron en silencio. Mientras en el otro extremo del poblado nacía un muchacho con el alma envenenada. 

¿Su sufrimiento se lo llevaría el silencio, al final? Se preguntaba al lado del rio, el muchacho que nació con la alegría del  telegrama de un suicida, una noche al cabo de 34 primaveras en que aún nadie había hecho las preguntas inadecuadas y que los antiguos habían profetizado. La tradición decía que todos podíamos hacerle una pregunta a dios y que la respuesta te daría la pista del camino a seguir. Pero eso era sólo una leyenda. Aunque muchos la pronunciaban justo antes de morir, aunque siempre se habían reído de la historia. Es curioso el miedo, miedo a vivir, miedo a morir. La noche lo acompañaba, los animales mutantes del bosque, y el sonido del agua intoxicada que recorría los riachuelos de lo que un día se llamó el Pirineo. Hoy las sombras de lo que pudo haber sido se han convertido en el día a día, y la ley del más fuerte, los ha convertido en bestias. El instinto, lo que nunca nadie imagino es que la plaga que arrasaría la población sería una enfermedad psiquiátrica, ¿tanto lo complicamos todo? Pero hoy el superviviente F-34 está pensando, acerca de la pregunta a realizar. Dicen que llegará la pregunta inadecuada que liberará a toda humanidad y la verdad nos será revelada.

(Extracto)

Heavy Asenav


El entorno se tornaba hostil por momentos, pero estaba lo suficiente a gusto conmigo mismo como para aislarme. La primera actriz de mi pequeña película, se desnuda en mi cama cada noche. Para dar cuerpo a mi soledad. Encontrar un salvavidas, es posible? La magia que emana la espontaneidad del instinto puro sin dobleces, que incluso cuando miente te dice que miente. Libros abiertos flotando en una piscina alrededor de su propio cadáver. Los trucos más usados no suelen fallar. Decía mi padre, pero a él al final, y sabemos que lo que cuenta es el final, le salieron todos mal. Encontrar un salvavidas, es posible? Lo es. Hoy me he encontrado con unas respuestas tan incoherentes como mi forma de ver el mundo. Y me sentí acogido. Joder, mierda, esto no tiene que suceder. Asenav, de que afluente provienes? Yo provengo del dolor de muchas almas que claman venganza. Respeto, la muestra de respeto, da sentido a las relaciones humanas, lo que nos hace humanos. Asi que Asenav, estoy aquí Sitting on the dock of the bay esperandote.


Siempre Tarde


La muerte es esto.
Y si me suelto?

La muerte es el único conocimiento que no te pueden enseñar, lo tienes que aprender tú mismo.

Incandescente luchador de fondo, que nunca llega a tocarlo. Deteriorarse y sufrir. El morir de un árbol de viejo. Lo prescindibles que somos, en virtud de mundos dorados. No lograré doblar aquella esquina que nunca llega. Así que no preguntes por quién doblo las esquinas, porque las doblo por ti. ¿Los señuelos no os atraparon, pequeño Samuel?

Samuel soltó el pequeño fanzine de inmediato, fue un gesto reflejo, no tanto por lo que leía sino por lo que sentía.

Israel vino solo, como de costumbre, venía vestido como un chico, buscando problemas.

Lo que quiero es existir, se dijo impacientándose en la cola de los sorteos de pisos protegidos. Soy la miseria que flota en tu piscina. Y me consideran gente privilegiada, algunos idiotas que no entienden nada. Ceno jamón con Piña los viernes, mal crío a mi perro, y no podría tener un hijo. El tiempo me lo arrebató, ganó la partida. Piezas que encajan súbitamente dejándonos en la duda.

Puedo inventar mentiras que me suavicen esta angustia que me corroe, pero nunca me convencen del todo. Hasta que llegue la mentira final. Los secretos de alcoba que comparto con las sombras en las que me escondo, nunca evitan que el baso rebose. Imagino razones para forzar mi mente a cruzar la fina línea que pone distancia frente a mi mismo. Y no temas, te dedico siempre un pensamiento antes de desaparecer cada noche en el mundo de la libertad, en el mundo de los sueños. Mi despertar es tan súbito que la sensación de continuidad me hunde en la ciénaga de la tristeza. No estamos aquí para perdurar, así que reparte las cartas y calla. Camino intentado borrar mi rastro, mientras un Pepito Grillo, deteriorado y herido, va dejando migas de pan tras de mí. No temas, aún pienso en ti, mientras me asfixio en un cubo de cristal sin orificios, cada vez más lleno de humo. Los malos hábitos deben ser corregidos, pero llego siempre tarde. 



domingo, 9 de junio de 2013

No se extrañen si se levanta



Buscándote entre las losas cubiertas por la escarcha, aquella fría mañana por el jardín de mármol. Un gato negro jugaba, entrecruzándose por mis pies,  mientras el viento soplaba una letanía de recuerdos en mi pensamiento, medio oculto tras un ceño fruncido por unas arrugas precoces. Mis torpes pasos delataban mi cansancio y los tuyos los había borrado el tiempo. Pero sabía que te encontraría tarde o temprano.  Un extraño sopor helaba mi conciencia que poco a poco se iba deteniendo, para caer rendida bajo la sombra de un ciprés, mientras, la escarcha, empezaba a hacerse agua, como frías lágrimas de aquel paisaje, testigo mudo de mi búsqueda.

Soñé que una mano me pasaba una nota, yo la desplegaba y al leer el mensaje, me desmayaba sobre un suelo de baldosas amarillas. Entonces cobraba conciencia de que estaba en un hospital. Luchaban por reanimarme, pero yo estaba demasiado ocupado sosteniendo un peso mayor que el del universo. Y pensé; te encontré.

Desperté algo aturdido,  y me levanté, cansado de buscar, decidí romper la baraja y empezar una nueva. Todos los jugadores sonrieron. Y me dirigí hacia la puerta principal, el sol prometía un día radiante.
 
Justo antes de salir, me di media vuelta, y corriendo volví al ciprés que me había visto morir. Y con una navaja grabé en el tronco mis iniciales y un epitafio.

R.C.S.

NO SE EXTRAÑEN SI SE LEVANTA

miércoles, 5 de junio de 2013

Abre los ojos.



Realidad puta que entra de puntillas rompiendo la oscuridad para susurrarte al oído con su aterciopelada voz de whisky que el último baile está por empezar y que aún tiene ganas de follar. Sonríes mientras dejas caer una lágrima de bebe, y te preguntas cuanto tiempo debes haber permanecido muerto, sabiendo que no hallaras respuesta intentas incorporarte, pero el cuerpo no responde. Y en el cristal de una ventana de tu mente, una niña de ojos rasgados da golpes y te pregunta: ¿me puedo hacer una fotografía contigo? El tiempo tiene un extraño modo de devolverte la última jugada. Un olor a madera quemada lo invade todo, ¿se habrá declarado la guerra? Implosión de una paz que nunca existió y juguetes en una bañera. El cristal  se rompe, un flash te ciega. El último tema suena muy triste pero: “¿Qué demonios?, ¡vamos a bailar!”, dice la Realidad puta abalanzándose sobre ti. La madera vuelve a arder mientras la bañera rebosa y los juguetes se desploman pesados como toda una vida por la oscuridad. Y una voz proveniente de todas partes te dice: “Despierta o no despertaras jamás.”

lunes, 3 de junio de 2013

Acariciar el asfalto.



Mis alas pliegan la noche cuando salto desde la séptima planta. Susurros que se atrabancan cuando mi lengua alcanza tu lóbulo. Pequeños detalles de una caída programada. Dos horas acariciando tu cuerpo y quince minutos observando la calle hasta que no pasase nadie. Las lágrimas que no vertiste son la recompensa al secreto que nunca conseguiste arrancarme. Pasos adelante para una marcha atrás. Besos de despedida que nunca imaginaste. Bésame otra vez. Y en el móvil sonaba nuestra canción, mi última canción. Gemidos compartidos que llevarse lejos, sabor a ti que nunca perecerá.
¿Dónde vas?
 Y desaparecí sin más.